viernes, 15 de noviembre de 2019

Libro



Joaquín Villalba Álvarez
Los proemios en la historiografía latina renacentista
Madrid, Ediciones Clásicas, 2009, 198 páginas.


ÍNDICE GENERAL

PRESENTACIÓN 11
0. INTRODUCCIÓN 13
1. LA HISTORIOGRAFÍA EN EL MUNDO CLÁSICO 15
1.1. Características generales 15
1.2. Tipos de narración histórica 19
1.3. Doctrina clásica de la historiografía 21
2. LA HISTORIOGRAFÍA LATINA EN EL RENACIMIENTO 33
2.1. Generalidades 33
2.2. Características principales 35
2.2.1. La historia como literatura 37
2.2.2. La historia como ejemplo 39
2.2.3. La historia como propaganda 44
3. CONCEPTO DE PROEMIO. LOS PROEMIOS EN LA HISTORIOGRAFÍA 53
3.1. Hacia una definición de proemio 53
3.2. Doctrina clásica sobre los proemios en la historiografía 55
4. LOS PROEMIOS EN LA HISTORIOGRAFÍA LATINA RENACENTISTA 61
4.1. Tipos de proemio 63
4.1.1. Criterio de la forma 65
4.1.1.1. Epístola-proemio 65
4.1.1.2. Proemio-dedicatoria 66
4.1.1.3. Proemio-ensayo 66
4.1.1.4. Proemio ajeno 67
4.1.1.5. Advertencia al lector 67
4.1.1.6. No-proemio 68
4.1.2. Criterio del contenido 69
5. PROEMIOS PANEGÍRICOS. LOS TOPICA DEL EXORDIO 71
5. 1. Tópico de la dedicatoria 71
5.1.1. Tipos de destinatario 75
5.1.1.1. Dedicatorias a reyes y gobernantes en general 76
5.1.1.2. Dedicatorias a altos cargos de la Iglesia 82
5.1.1.3. Ataques a rivales 87
5. 2. Tópico de la “falsa modestia” 89
5.2.1. Incapacidad del historiador 90
5.2.2. Estilo rudo 94
5.2.3. Fórmulas de empequeñecimiento y sumisión 95
5.2.4. Las disculpas por los errores u omisiones 97
5.2.5. La obra como petición del amigo, protector o superior 99
5.2.6. Brevedad 101
6. PROEMIOS REFLEXIVOS. LOS TOPICA DE HISTORIA 105
6.1. Alabanza de la historia 106
6.1.1. Comparación con otras disciplinas 106
6.1.1.1. Historia, filosofía y poesía 107
6.1.1.2. Historia y teología 110
6.1.1.3. Historia y pintura 111
6.2. La Historia como ejemplo 113
6.2.1. Aplicación práctica de la historia: la política 117
6.3. Reivindicación de la labor del historiador 122
6.4. Veritas, prima lex historiae 128
6.5. La historia mezcla lo útil y lo dulce 132
7. CONCLUSIONES 137
APÉNDICE 143
8. BIBLIOGRAFÍA 175
8.1. Fuentes literarias. Obras históricas manejadas 175
8.2. Bibliografía general sobre Historiografía clásica 179
8.3. Bibliografía general sobre Historiografía del Renacimiento 183
8.4.- Bibliografía sobre los proemios en la historiografía 192
ÍNDICE DE NOMBRES PROPIOS 195

A diferencia de lo que ocurre con otros géneros literarios, la historia apenas contó con una doctrina propia en las Poéticas clásicas de Aristóteles y Horacio; en la del estagirita incluso es presentada de manera poco afortunada, pues es sólo en contraposición a la poesía como aparece, y además, negándole su capacidad creativa por carecer de poíesis.
Tal vez por ello los historiadores clásicos se vieron en la necesidad de justificar su actividad literaria vinculándola con la retórica –sobre todo tras Cicerón– y encareciendo la importancia de toda obra histórica desde el punto de vista pragmático bajo cualquiera de las formas que se presentaran los hechos.
La pugna por hacerse un hueco en el espacio de las poéticas y en competencia con otros géneros menos cuestionados (épica y drama) dirigió los pasos del género por el camino de la utilitas en una doble vertiente, la nacionalista –gestas romanas frente a gestas griegas– y la moralista, servir de guía educadora –magistra vitae– a los receptores del relato.
Esta impronta clásica, a la que se sumó el providencialismo cristiano como elemento transformador del fatum pagano, aflora de manera especial en el Renacimiento y con los mismos prejuicios. Todavía Lorenzo Valla en el proemio de su Historia de Fernando de Aragón siente la necesidad de reivindicar la importancia del historiador frente a otros profesionales de las letras, especialmente filósofos y poetas.
Una vez ganado el status literario, de inmediato el historiador alcanzó con facilidad el status político y económico, precisamente porque las monarquías y repúblicas renacentistas vieron en este género el mejor medio de propaganda: la doctrina política sobre el modelo de gobernante ideal (Dante, Maquiavelo, Erasmo), el imperialismo buscado por las grandes monarquías europeas, e incluso el irenismo defendido por Tomás Moro y Erasmo, buscaron y hallaron en los historiadores clásicos (César, Salustio, Tácito) los mejores ejemplos para justificar su doctrina.
Y también como en la historiografía clásica, allí donde mejor podemos observar todo lo dicho es en los proemios.
El doctor J. Villalba Álvarez, tras varios años dedicado en cuerpo y alma al estudio del humanismo italiano, portugués e hispano, nos ofrece ahora el brillante fruto de dicha dedicación.


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