viernes, 23 de agosto de 2019

Libro



BORIS CIMORRA
Hasta el último maravedí
o
Las orejas de Oro

Cómo Stalin convirtió el Oro de Madrid en el Oro de Moscú (Ficción y realidad)

Madrid, Ediciones del Orto, 2014, 494 páginas
I.S.B.N. 84-7923-516-0, PVP 22 €


ÍNDICE

Preámbulo: De parte del autor – “Mi primer oro  9
Capítulo Primero: Julieta de la NKVD  13
Capítulo Segundo: El Internacionalismo Proletario  43
Capítulo Tercero: Las dudas del Caudillo Comunista  57
Capítulo Cuarto: Al otro lado del Rubicón. (La firmeza del Caudillo Fascista)  66
Capítulo Quinto: ¿Dónde esconder el oro?  75
Capítulo Sexto: Vaciar la Hucha Nacional  162
Capítulo Séptimo: Capturar el oro  178
Capítulo Octavo: La Resaca de un fracaso  189
Capítulo Noveno: La decisión de oro  195
Capítulo Décimo: Todos a la carga  218
Capítulo Undécimo: A la caza del tesoro  234
Capítulo Duodécimo: La entrega del tesoro  315
Capítulo Decimotercero: A la sombra del oro. (El oro de la gloria y de la vergüenza)  441
A modo de epílogo: Entre la verdad y la ficción  483
Post Scriptum: Para qué sirvió el “Oro de Moscú”  489
Bibliografía 491
La última palabra: 493



Las reservas del oro del Banco de España fueron enviadas a la Unión Soviética por la decisión del gobierno republicano bajo el protagonismo personal del Presidente del Gobierno, Largo Caballero, y el entonces Ministro de Finanzas, Juan Negrín, quien fue altamente influenciado por el agente secreto soviético, íntimo amigo suyo, que formaba parte de una red de espionaje montada por la NKVD en España.

Stalin estaba personalmente interesado en que el oro español fuera llevado a la Unión Soviética para su “custodia segura” y dio órdenes expresas al embajador soviético en Madrid, Marsel Rósenberg, y al jefe de la red de espionaje de la NKVD, Alexander Orlov -“residente” en España -, para que convencieran de ello al gobierno republicano Antes de enviarse el oro del Banco de España a la Unión Soviética, éste fue sacado de Madrid y depositado en los antiguos polvorines de La Algameca de la Base Naval de Cartagena, una operación dirigida por el agente secreto soviético mencionado, Alexander Orlov.

El oro del Banco de España fue embarcado en cuatro buques mercantes soviéticos “Kim”, “Kubañ”, “Neva” y “Volgolés” y llevado desde el puerto de Cartagena, en la costa mediterránea española, al puerto soviético de Odessa (en Ucrania), en el Mar Negro. Tres de los cuatro barcos atracaron en los muelles de Odessa durante el día 2 de noviembre de 1936, y el cuarto, el “Kubañ”, llegó dos días y medio más tarde, debido a una importante avería ocurrida en la sala de máquinas.

En cada barco que llevaba el oro español estaba presente un representante (clavero) del Banco de España, designado para acompañar la valiosa mercancía por el Director General del Tesoro del Banco de España, Francisco Méndez Aspe, quien dirigía la operación de traslado de oro español a la Unión Soviética por el encargo explícito del ministro Negrín.


“…una joven mujer atravesaba apresuradamente la Plaza Dzerzhinski (antigua Lubianka, hasta 1927), dirigiéndose a la entrada lateral del imponente edificio de la sede de la NKVD (Narkomat - Comisariado del Pueblo - de Asuntos Interiores) que con su monumental arquitectura y tamaño prácticamente dominaba esta céntrica plaza moscovita, muy próxima a la Plaza Roja, al Kremlin y…

…el paso rápido de la muchacha, el decidido movimiento de su cuerpo, las mejillas enrojecidas y la respiración trepidante irradiaban un alto grado de exaltación y furia…

…la joven se acercó a uno de los guardias, abrió su bolso y en lugar del carne de una funcionaria de la NKVD - lo que ella era - sacó una pequeña pistola y, antes de que el guardia, estupefacto, hubiera podido reaccionar y sacar su arma reglamentaria para repeler el supuesto ataque contra él, la muchacha tocó con el frío cañón su ardiente sien y, mirando sin pestañear a los ojos del oficial, pasmados de horror, apretó el gatillo…

…así, un pistoletazo en la sien de una joven funcionaria de la NKVD, frustrada en su primer y último amor, dio comienzo a la ejecución de una de las más inverosímiles, más espectaculares y más brillantes operaciones jamás realizadas por los servicios secretos de un país en otro, con el pleno consentimiento de las máximas autoridades de este último.”



Boris Cimorra nace en 1944 en Moscú. Se gradúa en el Instituto de Aviación de Moscú. Varios años compagina su trabajo de ingeniero con las colaboraciones periodísticas en revistas y programas de radio de difusión tanto nacional como internacional, en este último caso con destino al lector y al oyente de habla hispana. En 1972 pasa a trabajar definitivamente en Radio Moscú, la redacción que emitía programas para América Latina. En 1977 vuelve definitivamente a España con su familia y empieza su carrera en el mundo de las finanzas y del comercio exterior, que le sitúa, en 1985, de nuevo en Rusia, esta vez como representante de una importante empresa española en aquel país en vías de la “perestroyka”. Este libro es su segunda experiencia literaria y demuestra la capacidad del autor de desenvolverse con soltura en el género narrativo.


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