Ana Iriarte - Jesús Bartolomé
Los Dioses Olímpicos. Edades y Funciones
Madrid, Ediciones del Orto, 1999, 96 páginas
[Biblioteca de las Religiones, nº 3]
ISBN 84-7923-205-6
ÍNDICE
I. CUADRO CRONOLÓGICO 7
Genealogías y asociaciones divinas 10
II. LOS DIOSES OLÍMPICOS 11
1. INTRODUCCIÓN 12
Los habitantes del Olimpo 12
Los Olímpicos en Roma 18
2. EDADES Y FUNCIONES DE LOS QUINCE 23
Los lindes de la soberanía 23
Maternidades sobrenaturales. 35
Sacra virginidad 42
Hijos sempiternos 48
Temerarios y temidos 54
III. SELECCIÓN DE TEXTOS 61
IV. BIBLIOGRAFÍA 91
En la Atenas del siglo V a.C., el historiador Heródoto atribuyó a Homero y Hesíodo el mérito de haber proporcionado a los griegos una teogonía y de haber bosquejado para ellos las formas visibles de los principales dioses, los theoí, con sus correspondientes epítetos, cultos y competencias.
La idea de que las divinidades helenas habían nacido en el siglo IX a.C. suscitó críticas en la propia Antigüedad y ha sido rechazada de forma sistemática por la, más documentada, historiografía moderna. El origen de la mayor parte de las divinidades clásicas se sitúa en épocas más remotas de lo que el Padre de la Historíe imaginó. Y se impone dejar constancia de las bien fundadas críticas a la propuesta de Heródoto, aunque las limitaciones de nuestra empresa nos impidan comentarlas en detalle y vayamos a considerar los poemas más célebres del helenismo como las primeras fuentes que nos proporcionan -a nosotros como a los propios griegos de época histórica- imágenes nítidas, bien individualizadas, de los protagonistas del presente estudio.
www.ediclas.com
La idea de que las divinidades helenas habían nacido en el siglo IX a.C. suscitó críticas en la propia Antigüedad y ha sido rechazada de forma sistemática por la, más documentada, historiografía moderna. El origen de la mayor parte de las divinidades clásicas se sitúa en épocas más remotas de lo que el Padre de la Historíe imaginó. Y se impone dejar constancia de las bien fundadas críticas a la propuesta de Heródoto, aunque las limitaciones de nuestra empresa nos impidan comentarlas en detalle y vayamos a considerar los poemas más célebres del helenismo como las primeras fuentes que nos proporcionan -a nosotros como a los propios griegos de época histórica- imágenes nítidas, bien individualizadas, de los protagonistas del presente estudio.
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