domingo, 15 de diciembre de 2019

Libro




Abraham Vélez de Cea
El Buddhismo
Madrid, Ediciones del Orto, 2000, 96 páginas 
[Biblioteca de las Religiones, nº 12]
ISBN 84-7923-251-X

ÍNDICE

I. CUADRO CRONOLÓGICO 7
II. EL BUDDHISMO 13
1) Introducción: ¿Buda o Buddha, budismo o buddhismo? 14
2) Información básica 17
a) ¿Qué es el buddhismo? 17
b) ¿Religión o filosofía? 26
3) Doctrinas fundamentales 31
a) La concepción del mal: la primera Noble Verdad 31
b) Las causas del mal y el camino para erradicarlo 42
4) El buddhismo y la cuestión de Dios. 50
a) El planteamiento del problema del mal en el buddhismo y el cristianismo 50
b) La concepción de los dioses y el silencio del Buddha 55
III. SELECCIÓNDETEXTOS 63
1) Buddhismo Nikaya: Majjhima Nikaya (Buddha) (ca. Siglo V a.C.) 64
2) Buddhismo Mahayana: Ratnavali (Nagarjuna) (ca. 150-250 d.C.) 73
3) Buddhismo contemporáneo: XIV Dalai Lama, Thich Nhat Hanh, Waipola Rahula 79
IV. BIBLIOGRAFÍA 91


A primera vista puede parecer que sustituir los términos Buda, budismo y budista, ya normalizados en lengua castellana, por Buddha, buddhismo y buddhista, es cuestión de mera pedantería o virtuosismo académico. Sin embargo, creemos que se trata por una parte, de corregir los errores de pronunciación y transliteración cometidos por los hispano-hablantes que se toparon por primera vez con la palabra Buddha, y por otra, de conservar en castellano la riqueza semántica y religiosa de dicha palabra.
Los primeros hispanohablantes que leyeron Buddha, probablemente en obras alemanas, francesas e inglesas, no sabían sánscrito ni pali. Como para ellos la «h» era muda (no así en sánscrito ni en pali) y las dos «d» se pronunciaban más fácilmente como si fueran una sola, asimilaron la primera d a la segunda y eliminaron la h. En lugar de escribir la palabra Buddha respetando la transliteración correcta del sánscrito, decidieron escribirla tal y como la pronunciaban, o sea como Buda. Similarmente, los derivados occidentales de la palabra Buddha también fueron adaptados a la pronunciación castellana dando lugar a términos como budismo, budista, etc.
Al no existir en español tradición de estudios académicos sobre culturas, lenguas, filosofías y religiones del subcontinente indio, la mala pronunciación y transliteración de la palabra Buddha junto con sus derivados, se extendió sin problemas, Los académicos de la lengua española, quienes al parecer tampoco sabían sánscrito ni pali, decidieron aceptar el mal uso de dichas palabras y normalizarlas. De ese modo, los diccionarios y enciclopedias hispanos dieron por bueno lo que no era sino una transliteración incorrecta del original sánscrito o pali derivada a su vez, de una mala pronunciación fruto de la ignorancia y ausencia de especialistas.