Manuel Padilla Novoa
Unamuno (1864-1936)
Madrid, Ediciones del Orto, 1994, 96 páginas
[Biblioteca Filosófica, nº 8].
ISBN 84-7923-031-2 PVP 7,00 €
ÍNDICE
I. CUADRO CRONOLÓGICO 7
A) Bio-bibliografia de Unamuno 8
B) Acontecimientos filosóficos y culturales 9
C) Acontecimientos políticos y sociales 10
II. EL FILÓSOFO y SU FILOSOFÍA 11
l. HISTORIA DE UN PROYECTO METAFÍSICO 12
1.1. La crisis del 97 12
1.2. Una nueva metafísica 12
1.3. Irracionalidad del ser 13
1.4. Los hidalgos de la razón 16
1.5. Confesión y catarsis 17
1.6. Tras la pista de lo irracional 20
1.7. Lenguaje y paradoja 23
2. PERSONA Y NACIÓN 26
2.1. El hombre «de carne y hueso» 26
2.2 Caracteres de la persona 27
2.3. Personalidad de un pueblo: la intrahistoria 29
2.4. La educación 30
3. LA CONCIENCIA 3l
3.1. El despertar de la conciencia 31
3.2. Fuente de realidad 32
3.3. Naufragio de la conciencia 33
3.4. Primacía del deseo 34
4. RAÍZ INSTINTIVA DEL CONOCIMIENTO 34
4.1. Hambre y conocimiento sensible 36
4.2. Amor y conocimiento místico 36
4.3. Pérdida del paraíso: conocimiento racional 39
4.4. El animal sentimental 41
4.5. Valor paradigmático de la verdad 41
5. LA CONCIENCIA TOTAL 42
6. TAN SÓLO UN CAMINO 43
III. SELECCIÓN DE TEXTOS 45
IV. BIBLIOGRAFÍA 89
I. CUADRO CRONOLÓGICO 7
A) Bio-bibliografia de Unamuno 8
B) Acontecimientos filosóficos y culturales 9
C) Acontecimientos políticos y sociales 10
II. EL FILÓSOFO y SU FILOSOFÍA 11
l. HISTORIA DE UN PROYECTO METAFÍSICO 12
1.1. La crisis del 97 12
1.2. Una nueva metafísica 12
1.3. Irracionalidad del ser 13
1.4. Los hidalgos de la razón 16
1.5. Confesión y catarsis 17
1.6. Tras la pista de lo irracional 20
1.7. Lenguaje y paradoja 23
2. PERSONA Y NACIÓN 26
2.1. El hombre «de carne y hueso» 26
2.2 Caracteres de la persona 27
2.3. Personalidad de un pueblo: la intrahistoria 29
2.4. La educación 30
3. LA CONCIENCIA 3l
3.1. El despertar de la conciencia 31
3.2. Fuente de realidad 32
3.3. Naufragio de la conciencia 33
3.4. Primacía del deseo 34
4. RAÍZ INSTINTIVA DEL CONOCIMIENTO 34
4.1. Hambre y conocimiento sensible 36
4.2. Amor y conocimiento místico 36
4.3. Pérdida del paraíso: conocimiento racional 39
4.4. El animal sentimental 41
4.5. Valor paradigmático de la verdad 41
5. LA CONCIENCIA TOTAL 42
6. TAN SÓLO UN CAMINO 43
III. SELECCIÓN DE TEXTOS 45
IV. BIBLIOGRAFÍA 89
Una noche de marzo de 1.897 Unamuno se siente al borde de la muerte. Sufre una angina de pecho o quizá tan sólo una neurosis cardíaca. El caso es que este hecho actúa como detonante de una crisis que venía preparándose desde algunos años antes por diversas causas: sus compañeros de redacción de la revista Ciencia Social habían sido procesados como inductores de un atentado anarquista, la situación económica de su familia era agobiante, la hidrocefalia de su hijo Raimundo iba en aumento... Estas y otras penosas circunstancias le habían minado el ánimo y, por fin, en esa noche se produce en su espíritu una fuerte reacción. Se ve sumergido en angustias, presa de crueles remordimientos, atormentado por un extraño complejo de culpa.
Analiza entonces su vida anterior y decide dar un golpe de timón al rumbo de su existencia. Cada vez se va distanciando más de los movimientos revolucionarios de la época (socialistas y anarquistas) y sus ideales de tipo social y político son desplazados por fuertes inquietudes existenciales y religiosas. Esta situación de crisis, pero también de cambio, aparece reflejada en el Diario íntimo, en su primer drama La Esfinge y en Nicodemo el Fariseo, que lee en el Ateneo ante un público atónito y desconcertado.
Procura, pues, centrar sus energías en el desarrollo de un pensamiento orientado a descifrar el destino del hombre, el sentido del universo, la incógnita de Dios. Se trata, por lo tanto, de recuperar bajo nuevos supuestos una metafísica condenada por Kant al fracaso. Recordemos que -según el filósofo germano- el yo, el mundo como totalidad y Dios no pasaban de ser meras Ideas, inaccesibles a la razón pura, porque no había ningún tipo de intuición que las validara. Por eso no consideraba posible la metafísica como ciencia, sino tan sólo como disposición natural.
Este fracaso de la razón denunciado por Kant coincide con la propia experiencia personal de nuestro autor. Peregrino durante años por los campos del racionalismo de Hegel y del positivismo de Spencer, se había sentido incapaz de abordar el misterio. Por eso buscará nuevos derroteros para la metafísica profundizando en esa disposición natural que nos mueve a elevarnos sobre el dato sensible, a liberamos de las barreras espacio-temporales que limitan nuestra existencia; esa disposición natural que es sentimiento, emoción, anhelo...
Comprende entonces don Miguel que el fracaso en el terreno metafísico se debe a las limitaciones de nuestra razón. Nacida para dominar la materia sensible, el fondo de la realidad se le escapa porque no es materia, sino energía, ni cae dentro del ámbito de los órganos sensoriales ya que es de naturaleza tendencial, emotiva, sentimental y, por lo tanto, sólo podría ser captada -o mejor, vislumbrada- por una intuición del mismo tipo.
Así pues, nuestra capacidad intelectual no logra alcanzar ese palpitar de la vida que anima a la naturaleza, ese caudal instintivo que se oculta en las profundidades de la mente del hombre y que le asemeja a los demás animales, ese mundo del misterio que bajo distintas formas ha polarizado los temores y esperanzas de la humanidad.