lunes, 6 de septiembre de 2010

Libro



Javier Echano Basaldua, Comte (1798-1857), Madrid, Ediciones del Orto, 1997. 96 páginas. [Biblioteca Filosófica nº 48]. ISBN 84-7923-109-2.

Curiosa es la vida y la obra de Augusto Comte. Tuvo la virtud de crear una nueva disciplina, la Sociología, y, sin embargo, sus discípulos, hasta cierto punto, aceptan a regañadientes su patronazgo. Trató de crear una ciencia social, positiva, culminación de todas las ciencias, entendida como el último estadio de desarrollo del conocimiento, cuya virtud sería la de organizar racionalmente la sociedad y, sin embargo, culminó la exposición de sus ideas en el Catecismo Positivista, proclamando la Religión Positiva, la Religión de la Humanidad, y autonombrándose el Sumo Sacerdote de dicha religión. Un acertado resumen de su influencia y de sus postulados lo tenemos en el siguiente texto de Ernst Cassirer en la introducción al tomo cuarto de su conocida obra El Problema del Conocimiento: «La fuerza y la persistencia con que seguía imperando allí el espíritu cartesiano lo revela muy bien el ejemplo del pensador que preside y orienta como ningún otro el desarrollo de la filosofía francesa en los últimos cien años. El Cours de philosophie positive de Comte representa para el pensamiento francés del siglo XIX casi lo mismo que la Crítica de la razón pura de Kant para el de Alemania. Se convierte en el centro y en el foco espiritual de todas las aspiraciones encaminadas a la renovación de la lógica y de la teoría del conocimiento».

ÍNDICE
I. CUADRO CRONOLÓGICO 7
A. Bio-bibliografía de A. Comte 8
B. Acontecimientos filosóficos y culturales 10
C. Acontecimientos políticos y sociales. 11
II. EL FILÓSOFO Y SU FILOSOFÍA 13
1. Introducción 14
2. Algunos datos de su vida 16
3. Contexto histórico 21
4. Afán de reforma social 22
5. La ley de los tres estados 29
6. Filosofía positiva 41
7. Teoría y clasificación de las ciencias 44
8. La física social 50
9. La moral y la religión de la humanidad 54
III. SELECCIÓN DE TEXTOS 59
IV. BIBLIOGRAFÍA 91

Refrán

Άλλα τα μάτια του λαγού κι άλλα της κουκουβάγιας.