BORIS CIMORRA
Hasta el último maravedí
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Las orejas de Oro
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Las orejas de Oro
Cómo Stalin convirtió el Oro de Madrid en el Oro de Moscú (Ficción y realidad)
Madrid, Ediciones del Orto, 2014, 494 páginas
I.S.B.N. 84-7923-516-0, PVP 22 €
I.S.B.N. 84-7923-516-0, PVP 22 €
ÍNDICE
Preámbulo: De parte del autor – “Mi primer oro” 9
Capítulo Primero: Julieta de la NKVD 13
Capítulo Segundo: El Internacionalismo Proletario 43
Capítulo Tercero: Las dudas del Caudillo Comunista 57
Capítulo Cuarto: Al otro lado del Rubicón. (La firmeza del Caudillo Fascista) 66
Capítulo Quinto: ¿Dónde esconder el oro? 75
Capítulo Sexto: Vaciar la Hucha Nacional 162
Capítulo Séptimo: Capturar el oro 178
Capítulo Octavo: La Resaca de un fracaso 189
Capítulo Noveno: La decisión de oro 195
Capítulo Décimo: Todos a la carga 218
Capítulo Undécimo: A la caza del tesoro 234
Capítulo Duodécimo: La entrega del tesoro 315
Capítulo Decimotercero: A la sombra del oro. (El oro de la gloria y de la vergüenza) 441
A modo de epílogo: Entre la verdad y la ficción 483
Post Scriptum: Para qué sirvió el “Oro de Moscú” 489
Bibliografía 491
La última palabra: 493
Capítulo Primero: Julieta de la NKVD 13
Capítulo Segundo: El Internacionalismo Proletario 43
Capítulo Tercero: Las dudas del Caudillo Comunista 57
Capítulo Cuarto: Al otro lado del Rubicón. (La firmeza del Caudillo Fascista) 66
Capítulo Quinto: ¿Dónde esconder el oro? 75
Capítulo Sexto: Vaciar la Hucha Nacional 162
Capítulo Séptimo: Capturar el oro 178
Capítulo Octavo: La Resaca de un fracaso 189
Capítulo Noveno: La decisión de oro 195
Capítulo Décimo: Todos a la carga 218
Capítulo Undécimo: A la caza del tesoro 234
Capítulo Duodécimo: La entrega del tesoro 315
Capítulo Decimotercero: A la sombra del oro. (El oro de la gloria y de la vergüenza) 441
A modo de epílogo: Entre la verdad y la ficción 483
Post Scriptum: Para qué sirvió el “Oro de Moscú” 489
Bibliografía 491
La última palabra: 493
Las
reservas del oro del Banco de España fueron enviadas a la Unión Soviética por
la decisión del gobierno republicano bajo el protagonismo personal del
Presidente del Gobierno, Largo Caballero, y el entonces Ministro de Finanzas,
Juan Negrín, quien fue altamente influenciado por el agente secreto soviético,
íntimo amigo suyo, que formaba parte de una red de espionaje montada por la
NKVD en España.
Stalin
estaba personalmente interesado en que el oro español fuera llevado a la Unión
Soviética para su “custodia segura” y dio órdenes expresas al embajador
soviético en Madrid, Marsel Rósenberg, y al jefe de la red de espionaje de la
NKVD, Alexander Orlov -“residente” en España -, para que convencieran de ello
al gobierno republicano Antes de enviarse el oro del Banco de España a la Unión
Soviética, éste fue sacado de Madrid y depositado en los antiguos polvorines de
La Algameca de la Base Naval de Cartagena, una operación dirigida por el agente
secreto soviético mencionado, Alexander Orlov.
El
oro del Banco de España fue embarcado en cuatro buques mercantes soviéticos “Kim”,
“Kubañ”, “Neva” y “Volgolés” y llevado desde el puerto de Cartagena, en la
costa mediterránea española, al puerto soviético de Odessa (en Ucrania), en el
Mar Negro. Tres de los cuatro barcos atracaron en los muelles de Odessa durante
el día 2 de noviembre de 1936, y el cuarto, el “Kubañ”, llegó dos días y medio más
tarde, debido a una importante avería ocurrida en la sala de máquinas.
En
cada barco que llevaba el oro español estaba presente un representante
(clavero) del Banco de España, designado para acompañar la valiosa mercancía
por el Director General del Tesoro del Banco de España, Francisco Méndez Aspe,
quien dirigía la operación de traslado de oro español a la Unión Soviética por
el encargo explícito del ministro Negrín.
“…una
joven mujer atravesaba apresuradamente la Plaza Dzerzhinski (antigua Lubianka,
hasta 1927), dirigiéndose a la entrada lateral del imponente edificio de la
sede de la NKVD (Narkomat - Comisariado del Pueblo - de Asuntos Interiores) que
con su monumental arquitectura y tamaño prácticamente dominaba esta céntrica plaza
moscovita, muy próxima a la Plaza Roja, al Kremlin y…
…el
paso rápido de la muchacha, el decidido movimiento de su cuerpo, las mejillas
enrojecidas y la respiración trepidante irradiaban un alto grado de exaltación
y furia…
…la
joven se acercó a uno de los guardias, abrió su bolso y en lugar del carne de
una funcionaria de la NKVD - lo que ella era - sacó una pequeña pistola y,
antes de que el guardia, estupefacto, hubiera podido reaccionar y sacar su arma
reglamentaria para repeler el supuesto ataque contra él, la muchacha tocó con
el frío cañón su ardiente sien y, mirando sin pestañear a los ojos del oficial,
pasmados de horror, apretó el gatillo…
…así,
un pistoletazo en la sien de una joven funcionaria de la NKVD, frustrada en su
primer y último amor, dio comienzo a la ejecución de una de las más
inverosímiles, más espectaculares y más brillantes operaciones jamás realizadas
por los servicios secretos de un país en otro, con el pleno consentimiento de
las máximas autoridades de este último.”
Boris Cimorra nace
en 1944 en Moscú. Se gradúa en el Instituto de Aviación de Moscú. Varios años
compagina su trabajo de ingeniero con las colaboraciones periodísticas en
revistas y programas de radio de difusión tanto nacional como internacional, en
este último caso con destino al lector y al oyente de habla hispana. En 1972 pasa
a trabajar definitivamente en Radio Moscú, la redacción que emitía programas
para América Latina. En 1977 vuelve definitivamente a España con su familia y
empieza su carrera en el mundo de las finanzas y del comercio exterior, que le
sitúa, en 1985, de nuevo en Rusia, esta vez como representante de una
importante empresa española en aquel país en vías de la “perestroyka”. Este
libro es su segunda experiencia literaria y demuestra la capacidad del autor de
desenvolverse con soltura en el género narrativo.
www.edicionesclasicas.com
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